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Mathapi - Apthapi





MATHAPI (en lengua aymara) y TINK´U (en quechua) significa ENCUENTRO, modo que practican nuestros Abuelos en esta Abya Yala, que se reúnen para compartir melodías, vivencias, experiencias, comidas, bebidas y amistad con otros a través de ciertos ritos durante el año, trasmitiendo sus saberes y revalorando las creencias y prácticas espirituales de la cultura andina.

El siku es un instrumento nativo de los Andes, aunque no endémico de él, encontramos flautas de pan –su nombre genérico- en varias latitudes del mundo, tales como los Balcanes o el sud-este asiático. Se trata de un aerófono cuyo sonido se produce por las corrientes de aire en forma de cinta que emiten los labios ejecutantes. Los sikuris son los ejecutantes del siku, y las bandas, por lo general compuestas por 15 integrante o más, son el grupo de músicos que interpreta sus melodías, las cuales son trasmitidas de forma oral careciendo de un autor particular. Su práctica suele estar acompañada por valores del universo panandino -representado principalmente por las culturas aymara y quechua- que los sikuris trasmiten cuando se manifiestan, tales como la dualidad, la complementariedad, la reciprocidad (ayni) y la comunidad (ayllu). Su ejecución, curiosidad en el mundo, se lleva a cabo por dos personas, significando la dualidad y reciprocidad andina1. A su vez se toca en ronda y no de frente al público, simbolizando el valor de comunidad profesado en Los Andes. No se hace en un escenario y no se amplifica la música. Las bandas de sikuris interpretan también otros instrumentos aerófonos autóctonos andinos, como las tarkas, las quena quena, los moseños, los suri siku, entre varios otros, así como tienen diversas tropas según los ritmos que interpretan, tales como sikureadas, sikuri de italaque, k´hantus, tuailos, conimas y otros.

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